viernes, 5 de abril de 2013

Capítulo 5-- Dilemas.


Apenas salió Dea por la puerta, me llamó Lucas.
--Hey. No me has llamado, Croquetita --dijo.
--¿Eh? Ah, ya. Perdona, estaba ocupada...
--No pasa nada.  Oye, te tengo que contar una cosa. Es importante. 
--Y yo a ti, pero mejor tú primero.
--Bueno, nada--casi podía oir como sudaba, le temblaba la voz, tenía que estar nerviosísimo--es que... Bueno, me han estado haciendo pruebas. Y los resultados no son muy buenos. 
--¿Qué?--musité.
--Me tendrán que operar. Será por Fallas, en vacaciones. Me pregunto si... si podrías venir a verme.
--Claro. Se lo diré a mi madre, seguro que me deja. 
--Gracias, Alissa. De corazón, creo que no soportaré estar solo antes de la operación. Estar con la chica a la que quiero será mejor.
Oh, Dios. Era una mala persona.
--Tranquilo. Oye, sobre lo que te tenía que decir...
--Rápido, me quitan el teléfono. Voy a hacerme pruebas.
--Estoy saliendo con Dylan--solté de carrerilla.
Esperé a que dijese algo y, al ver que no contestaba, separé el móvil de mi oreja y miré la pantalla.
Había colgado. Creo que se me rompió el corazón.

--¿Pero a ti te gusta Lucas o te gusta Dylan? --dijo Dealia.
Ella estaba de pie encima de mi cama, saltando vestida con un pijama de verano color gris y yo la miraba entre tumbada y sentada en una alfombra negra, vestida con un pijama parecido al suyo, pero marrón. Eran las diez y habíamos estado un rato hablando sobre cosas normales --helados, parejas del verano, unicornios, croquetas...-- pero al final la conversación había pasado de todos los motes que tenía a hablar de Dylan y Lucas.
--No lo sé...-- musité abrazándome las rodillas.
--Te gusta Lucas--dijo. No era una pregunta--. Pero, ¿te gusta Dylan?
--Creo que sí.
--¿Crees?
--Hace que no piense en las cosas malas.
--Para eso están los amigos, cariño. No los novios. Con los novios están para... 
--¿Para qué?--la miré riendo.
--Para morrearse, muac, muac--rió.
--Eso también lo hacemos--dije yo saltando a la cama y tirando a Dea.
--Pero tú quieres a Dylan para no pensar en Lucas. ¿Qué harás cuando Lucas vuelva?--dijo volviendo a saltar a la cama.
Me callé. Lucas ya me debía odiar por salir con Dylan, pero necesitaba desconectar. Si pensaba en Lucas me entraban unas ganas de llorar enormes y con Dylan no pensaba en Lucas. Pero estaba utilizando a Dylan y eso estaba mal. Tenía la cabeza hecha un lío y Dea diciéndome como actuar no mejoraba la situación. Era como tener a Pepito Grillo en la oreja diciéndome lo que debía hacer para que todo fuese bien. Pero si rompía con Dylan él se sentiría mal --aparte de que me ganaría una mala fama en todo el instituto, pero eso me daba igual-- y si seguía con él, Lucas acabaría odiándome. Las cosas no eran tan fáciles.
--A dormir, Dea--dije cogiendo una almohada y dándole en la espalda con ella.
--¡No has respondido! --se quejó, saltando al suelo-- Además, son las diez. ¡Las diez! Llevo sin irme a la cama a las diez desde quinto de primaria.
--Será una experiencia novedosa-- dije saltando yo también y rodando por el acolchado suelo de mi cuarto.
--¿Ahora entiendes por qué te llamamos Croqueta?-- dijo ella sentándose en mi escritorio-- Además vas de marrón.
 --¿Entonces no quieres quedarte aquí y dormir? --pregunté yo ignorando las palabras que había dedicado a mi mote.
--No--negó ella contundentemente.
--Pues vamos al jardín --dije yo cogiéndola del brazo y subiendo el tramo de escaleras hasta la planta baja corriendo.
--Las escaleras de tu sótano me hartan, amor, cariño de mi vida--dijo corriendo agarrada a mi brazo.
--Lo sé --dije yo sacándola al jardín.
--Oye...--dijo ella-- ¿Quieres que llame yo a Lucas?
Pensé si sería bueno o no. Quizá Lucas se mosqueaba por el interrogatorio repentino de Dea, pero por otra parte, Dea siempre nos interrogaba y yo necesitaba saber.
--Llama.

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