lunes, 6 de mayo de 2013

Capítulo 15-- Sufre, Mamón.



--¡Alissa! –dijo él—Necesito hablar contigo.
--Hola, Dylan. No tengo tiempo --dije yo sin parar de andar.
Me paró cogiéndome de la muñeca y me puso en frente de él.
--Tengo que hablar contigo –repitió, amenazante.
--No quiero hablar contigo –susurré --. Quiero que te vayas y me dejes en paz.
Me paró y me puso contra la valla, sujétándome por los hombros.
--Escúchame, Alissa.
--No, Dylan. No puedo escucharte, no quiero.
--Alissa…--dijo y se inclinó hacia mí.
¿Qué hacía? ¿Qué demonios estaba haciendo y por qué se estaba inclinando hacia mí?
Olí su aliento, a chicle de menta y me aparté.
--¡Dylan, me da igual! ¡Me das igual tú, me dan igual las cosas que me dijeses, lárgate!--dije pegándole un puñetazo en el estómago.
Eché a correr hacia mi casa, escapándome de él.
Había intentado besarme. Maldita sea, estaba más confusa que lo que había estado en toda mi vida.
Necesitaba a Lucas.
Pero Lucas no iba a querer, eso debía tenerlo claro. Y si Lucas no volvía, tendría que enfrentarme yo sola  a la situación.
Recordé las tardes con Lucas, practicando teatros para Lengua, discutiendo con él, cuando me pedía que me apuntase a alguna obra del club de teatro… Y ahí tuve la bombilla, la idea que, estaba segura, haría que me distrajese.

Llegué a casa y subí a mi habitación. Cerré la puerta detrás de mi y me arrodillé delante de mi cajonera. Saqué un sinfín de libros de el cajón de abajo, el cuarto, pulseras, collares y apuntes del tercero. En el segundo encontré peluches pequeños, pinturas y libretas llenas de relatos. Al final, en el primero, el de arriba, tras quitar una capa de polvo considerable, apartar trozos de tela y hojas sueltas encontré el álbum de fotos.
Estaba lleno de fotos de cumpleaños, en el río, en la playa, en el banco… Sonreí al ver esas fotos, pero no era eso lo que quería ver. Pasé todas las hojas y llegué a la última, donde, metidas dentro del plástico del álbum, estaban unas fotocopias. Las leí y sonreí.
Hacía un tiempo, Lucas y yo habíamos estado escuchando la canción Sufre Mamón, de los Hombres G y habíamos tenido una interesante –y rara—conversación hablando sobre  cómo sería esa historia en la vida real.  Y de ahí, tras varias horas de trabajo, descansos, guerras de cosquillas y hojas gastadas habíamos hecho un guión de teatro bastante decente.

Llamé a Dealia cuando volví a organizar la cajonera para contarle lo del guión.
--Dealia, cariñito de mi corazón, amor, estrella de mi cielo, luz de mi oscuridad, ¿te acuerdas de el guión tonto que hice con Lucas hace un tiempo?
--Sí, el que no me dejabais ver –dijo ella.
--He pensado en participar con la obra para final de curso.
--¿El gran concurso entre todos los cursos?
--Sí, Dea –asentí --. Podrás leerla. ¿Te apuntas a participar?
--¡Claro! –exclamó -- ¿Pero no era para cuatro gatos?
--Tonta –susurré--. Hay bastantes personajes, pero la mayoría salen durante tres segundos.
--Mejor, así no tendré que hablar casi –rió.
--Entonces… ¿En la próxima tutoría hablamos de lo que hará nuestro curso?
--Claro, pero habrá otras propuestas…
--Los aplastaremos rodando cual croquetas.

5 comentarios:

  1. Asdf muero. Pero ha sido muy cortito D: y hablando de otro tema.
    LOOOOOOOOL EL PUÑETASOH DE ALISSA. xDDDDDD
    Espero que publiques más. :3

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  2. "las aplastaremos rodando cual croquetas". Fan.

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  3. Ay, por Dios, amor a la última frase. Quiero ver cómo les queda el teatro, ¿eh? ¡Así que escríbelo rápido, ya estás tardando! (Sin presiones..., sí, ¡con presiones! ¡Venga!).

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  4. Aasddfsadfsadfghsda, moooola e.e Muy cortito, but well. ME HA ENCANTAO', como siempre e.e
    Más cositas. Siempre me ha gustado esa canción. Desde pequeñita. ¿Casualidad? No lo creo e.e
    ''Las aplastaremas rodando cual croquetas.'' Ole. Con un par e__e

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